Mi Harley
De las pocas cosas materiales que verdaderamente deseo con toda mi alma es tener una Harley Davidson.
Lo he querido por mucho tiempo, verdaderamente deseado al grado de ir a la distribuidora y sobarlas, sacarles foto, preguntar cualquier cosa al vendedor, poner en mi pantalla de la computadora una imagen de ella… en fin. Cualquier cosa que tenga que ver con mi moto me gusta.
He sido ciclista por muchos años, me gusta mucho el ejercicio, ahora soy triatleta y siempre me he mantenido firme y disciplinado en ello. Me gusta el deporte y hago y consigo todo lo que se necesita para practicarlo, cualquiera que me conozca diría que consigo lo que quiero y me propongo.
Entonces, ¿que pasa con Mi Harley? ¿Por qué no la he conseguido? ¿Por qué no la he comprado? pudiera pensar que porque es mucho dinero, en realidad no lo es, y aunque lo fuera, a fuerza de ahorro constante a lo largo de todos los años en que la he deseado ya debería de haberla adquirido.
Bueno, eso mismo me preguntaba yo. Siempre que lo pienso, hay cosas mucho más importantes que hacer y compromisos más urgentes que cubrir antes de pensar en ese gusto. De hecho es un tipo de auto sabotaje a mi persona y a mi pensamiento, hasta que caí en la cuenta que lo que me encanta es el proceso mental de desear algo.
Para mí una Harley significa libertad, emoción, aventura, responsabilidad y compromiso. Y esos ideales de alguna manera se cristalizaron en la forma de una moto. Cada vez que veo una rodar hago los ojos chiquitos y me imagino que voy montado en ella, y me he dado cuenta que eso me da chispazos de felicidad y que el ir a la tienda a verlas, platicar con mi familia de Mi Harley, dedicar tiempo en la computadora a buscarlas, guardar fotos , etc.…. Me hace feliz.
¿Será que no quiero perder esa felicidad que me da el desearla? ¿Será que tengo un miedo inconsciente a que se vaya esa felicidad si obtengo lo que quiero? No sé, pero está situación me ha hecho pensar y reflexionar lo increíble que puede ser la vida cuando nos damos cuenta que estamos viviéndola de verdad. Nos desgastamos día a día tratando de conquistar el mundo de diferentes maneras, en lo profesional, en lo económico, en lo personal, en todos los aspectos y matices que la vida nos presenta, y queremos alcanzar siempre un objetivo para sentirnos realizados y completos.
Sigámoslo haciendo, luchando por esos objetivos claros que nos hemos trazado, pero ubiquémonos en el Aquí y Ahora. Los objetivos serán alcanzados, las metas serán cumplidas los sueños serán realizados, pero en el camino seamos felices.
“La muerte esta tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja”
Aprende a detectar que es lo que te hace feliz todos los días, cada momento, cada acción, cada palabra, cuando encuentres todos esos detalles, atesóralos y disfrútalos, al final de tu camino verás que disfrutaste mucho más del trayecto que de la meta en sí.
Espero que pronto encuentre otra meta material que desear tanto como mi Harley para que pueda convertirse en mi nuevo “ubicador” y que me deje al fin, comprar mi moto.