
Emprender equivocándome
¡ Hola ¡
Aunque el título de este post suene medio raro, es más común de lo que nos imaginamos.
Vamos a hablar de emprender, y no precisamente tiene que ver con abrir una empresa, poner un negocio, desarrollar una idea revolucionaria, o renunciar al trabajo en busca del sueño de nuestras vidas.
No, eso ya lo conocemos.
En realidad la palabra emprender nos sugiere simplemente, “empezar” algo.
Puede ser un viaje, un negocio, una relación de pareja, tener un hijo, un nuevo trabajo, cocinar algo, ir a una fiesta, empezar un blog en una página que a lo mejor nadie lee
ver una película, leer un libro, empezar a hacer deporte… en fin.
Todo aquello que nos ocupe empezar algo, se puede considerar como un emprendimiento.
Hemos escuchado siempre esa palabra y la relacionamos con las empresas, con los empresarios, con cosas que no están en nuestro universo conocido. Y por eso la dejamos pasar como si a nosotros no nos cuadrara del todo eso de “emprender” algo.
Pero déjame decirte que todos somos emprendedores.
Así de bonito e impactante como se oye. Es algo que hacemos prácticamente todos los días, la mayoría de las veces, sin darnos cuenta.
En este post yo te propongo que cambies un poco tu radar y que comiences a valorizarte de diferente manera. Como todo un EMPRENDEDOR.
Esa persona que está dispuesta a arriesgar en alguna medida algo, ya sea tiempo, dinero, emociones y más. Una persona que tan solo con saber que el resultado de ese emprendimiento será algo que ha estado esperando con muchas ganas.
Para emprender necesitamos deseo, ganas, voluntad, conveniencia o simple y pura convicción.
El problema surge cuando queremos encontrar el “manual del emprendimiento”.
Pues, déjame decirte que en realidad… no existe.
Claro, existen miles y miles de libros, escritos, tratados, conferencias, talleres y demás que te “explican” como emprender, y todavía van más allá, te dicen como ser “exitosos”.
Bueno si, pero hasta ahorita nunca se ha creado el santo grial del emprendedurismo. Por lo menos no el emprendimiento de todos los días, el cotidiano, el que hacemos desde que nos levantamos hasta que nos dormimos, e incluso, seguimos haciéndolo al dormir y soñar.
Ese emprendimiento solo se adquiere viviendo, pensando, gozando, riendo, llorando, padeciendo, disfrutando… equivocándonos.
Es algo natural en los seres humanos, un niño pequeño emprenderá el maravilloso viaje de caminar por si solo cayéndose muchas veces, equivocándose una y otra vez. Aprendiendo de sus errores y mejorando su técnica, hasta lograrlo.
Ya de adultos nos equivocamos miles de veces en todos los aspectos de nuestra vida. El secreto está en ser conscientes de esas equivocaciones y aprender de ellas.
Así pues, emprender equivocándonos resulta ser una forma de vida muy cotidiana, esa de todos los días que a veces es maravillosa y otras, bastante desastrosa.
Yo te invito a que no dejes de emprender, a empezar algo nuevo siempre, a motivarte a seguir construyendo una mejor versión de ti mism@ día a día.
Nos vemos en el próximo post…
Gracias por leerme.
Busca siempre tu equilibrio… vale la pena.
MOTIVATE Y ACTUA
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